
El nuevo entretenimiento de la Feria de Málaga no tiene que ver con la feria: ver quién da más alto en un alcoholímetro
Entre farolillos, rebujitos y música en las casetas, una de las sorpresas de la Feria de Málaga 2025 no ha estado en el programa de conciertos ni en las atracciones del Cortijo de Torres. Han sido seis máquinas metálicas, discretas pero con largas colas delante: alcoholímetros automáticos que, por un euro, permiten a cualquiera saber si está en condiciones de coger el coche. La medida, pensada como un refuerzo de seguridad vial, ha terminado convertida en un reto viral de TikTok.
De la prevención al reto en redes. El sistema es sencillo: se introduce una moneda, se facilita una boquilla desechable y en segundos aparece en la pantalla el nivel de alcohol en aire espirado. Si es verde, se puede conducir; si es rojo, mejor dejar las llaves en el bolsillo y optar por un taxi. El lema de los dispositivos lo resume: “¿Un euro o una multa?”.
Pero lo que nació como herramienta de concienciación se ha transformado en espectáculo. “Van en grupo y soplan a ver quién da más. Muchos beben del cubata justo antes de soplar y eso hace que la tasa suba. Yo creo que es por la novedad”, explicaba Carlos Cecilia, creador de Alcohol Test, en declaraciones a El País.
En TikTok se multiplican los vídeos: desde quienes celebran un 0,0 con un “me tocó ser el conductor”, hasta quienes alcanzan cifras de 0,88 mg/l, niveles que ya constituyen delito. “Más copas que el Atlético de Madrid», compartía un usuario que colgó las pruebas de sus amigos. El fenómeno, según La Voz del Sur, se ha extendido hasta convertirse en una tendencia viral que combina fiesta, tecnología y riesgo.
Más de cien positivos y dos mil asistencias. La otra cara de la feria, sin embargo, es menos festiva. Según el balance del Ayuntamiento, recogido por EuropaPress, el Grupo de Investigación de Accidentes y Atestados (GIAA) realizó 2.352 pruebas de alcoholemia y drogas, con un resultado de 107 positivos sancionados, 16 positivos penales y 66 vehículos inmovilizados.
Además, el dispositivo sanitario municipal atendió a unas 2.000 personas, de las cuales la mitad por abusos de alcohol. Hubo 60 traslados hospitalarios, diez de ellos por intoxicaciones etílicas. La feria, que combina tradición, música y gastronomía, deja también cada año un reguero de emergencias vinculadas al consumo.
La cara invisible de la fiesta. Los retos virales en torno a los alcoholímetros no son inocuos. La evidencia científica es contundente: no existe un nivel de consumo de alcohol “sin riesgo”. Incluso en pequeñas cantidades, se asocia con problemas cardiovasculares, adicción y varios tipos de cáncer.
Por su parte, un estudio publicado en Neurology mostró que los bebedores en exceso presentan un 133% más de riesgo de lesiones vasculares cerebrales que los abstemios, y un 60% más incluso quienes beben moderadamente. De hecho, el alcohol sigue siendo la primera causa de accidentes de tráfico evitables: el 33% de los conductores fallecidos tenía alcohol en sangre.
Una generación entre dos tendencias. La Feria de Málaga refleja la contradicción del consumo juvenil. Por un lado, cada vez más jóvenes dicen beber menos en el día a día: la mitad de los menores de 30 asegura haber reducido su consumo. Incluso en bodas, los mocktails y cócteles sin alcohol ganan terreno, con parejas que deciden eliminar el alcohol de sus celebraciones.
Por otro lado, el consumo en atracón sigue muy presente en fiestas y botellones. Casi la mitad de los adolescentes de 14 a 18 años reconoce haber participado en un botellón en el último año. La feria, como las fiestas patronales en general, se convierte en uno de esos espacios donde las tendencias sobrias se disuelven y resurgen los patrones de consumo intensivo.
Un espejo de la cultura del alcohol en España. La historia de los alcoholímetros de la Feria de Málaga es, en realidad, un espejo de la compleja relación de España con el alcohol. Por un lado, un país que presume de tradición vinícola, en el que las celebraciones se brindan con cava, cerveza o licor. Por otro, una sociedad en la que los daños del consumo empiezan a visibilizarse y en la que los jóvenes exploran formas alternativas de ocio sin alcohol.
Este año la Feria ha dejado claro que será recordada no solo por la música o los fuegos artificiales. También por esas colas para soplar en un alcoholímetro: prevención convertida en espectáculo, y espectáculo convertido en tendencia.
Imagen | TikTok
–
La noticia
El nuevo entretenimiento de la Feria de Málaga no tiene que ver con la feria: ver quién da más alto en un alcoholímetro
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alba Otero
.